Pues viajar en COVID se agradece que sea obligatoria la mascarilla.
A pesar de toda la incertidumbre que nos rodea, este verano decidí despejarme unos días y me fui con mi hermana de viaje a Portugal. Al principio estábamos un poco indecisos porque no sabíamos bien cómo iban a ir las semanas. Queríamos viajar, porque es nuestra pasión, pero no sabíamos cómo se iban a desarrollar las cosas y si íbamos a poder salir de España, o no. O incluso de Madrid, que es donde vivimos durante el curso escolar. Pero al final, vimos la oportunidad de coger un avión hasta el país vecino. Y allí que nos fuimos. No nos hacen falta muchas excusas la verdad, enseguida preparamos la maletita y nos echamos a la carretera. Al avión en este caso.
No sabíamos bien qué ver en Oporto. Todo aquel a quién le acabábamos contando dónde íbamos, nos recomendaba algo diferente. Apuntábamos todo, ¡por qué no podíamos ni queríamos dejar nada por ver! Queríamos exprimir al máximo los pocos días que teníamos en la ciudad. Así que días antes, navegando por internet para planear nuestro itinerario llegué hasta
Vipealo, una página web con un montón de actividades turísticas, también existen otras como
civitatis.
Nosotros escogimos varias actividades pero la que más nos gustó fue la del recorrido en sidecar. Durante medio día recorrimos las calles de Oporto de una forma muy divertida. La Torre de los Clérigos, la catedral, la estación de tren de São Bento y el casco histórico, el puente Dom Luis o el barrio de Foz son algunas de las paradas de nuestro tour. Además, todas las tardes, o noches dependiendo del día, nos acercábamos hasta la orilla del Duero para disfrutar de la tranquilidad mientras admiramos. Creo que se ha convertido en mi sitio favorito de la ciudad.
Uno de los días de nuestra estancia en la ciudad lusa lo aprovechamos para hacer un par de catas de vinos de Oporto. Nos habían recomendado que probásemos su típico alcohol, así que paseamos por algunas de las bodegas con historia de la ciudad. Creo que es un plan que no debe faltar en la visita a este mágico rincón portugués. Somos de buen comer y siempre probamos la gastronomía del lugar en todos los destinos que conocemos.
Como tenía un par de dudas de una de las actividades que contratamos, no dudé en llamar a atención al cliente. Me topé con una chica majísima, la verdad. Me resolvió todas mis preguntas al momento así que me quedé muy contenta con su trato. Da gusto cuando encuentras gente dispuesta a ayudar. ¡Ya podían aprender en muchos otros sitios!
Una vez de vuelta de las vacaciones solo puedo decir que volveré a comprar actividad aquí. Estoy muy contento con el trato en el viaje. Los guías no pudieron ser más majos y las excursiones eran originales. Todo el rato llevando mascarilla cosa que me dejó tranquilo. Además nos explicaban todo de una forma amena y divertida y en todo momento estaban atentos al grupo.
Así da gusto viajar, ¡qué queréis que os diga!