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Cuando era niño en casa teníamos un gato. El gato acostumbraba a salir fuera de la casa, a veces volvía en el día y a veces tardaba semanas en volver, pero siempre regresaba de nuevo porque en casa tenía cobijo y comida.
Un buen día mi madre se empeñó en el que el gato no debía salir más: "Es peligroso para él" -decía-, "un día lo encontraremos atropellado en alguna calle".
Transcurrieron las semanas y un buen día el gato desapareció. Se había escapado y nunca más volvimos a saber de él.
Mi madre se apresuró a justificarse: - "¿ véis? ¡ os lo dije! ¡ sabía que ésto iba a pasar algún día! ¡ seguro que acabó debajo de algún camión!"-.
Mi madre murió sin saber que el gato no se había escapado. El gato se fue porque yo le dejé salir. Tras aquello nadie en la familia supo nunca que suerte corrió el animal pero yo sigo convencido de que el gato nunca regresó porque ya no quería regresar. Se sabía cautivo y, aunque apreciaba el alimento y el cobijo que tenía en casa, apreciaba mucho más su libertad.
Facebook trata a sus usuarios y a sus clientes exactamente igual que trataba mi madre a su gato. No le importaba en absoluto cuales eran sus necesidades, lo quería todo para ella y, aunque ella en el fondo hacía lo que consideraba mejor para el animal, lo cierto es que se equivocaba.
Aún recuerdo los tiempos, años atrás, en que Facebook era una magnífica herramienta para todos nosotros. Ellos ganaban dinero ( no se cómo, pero lo ganaban) y nosotros también. Había una sinergia muy positiva para todos. Nosotros creábamos contenido y actividad para su red y ellos a cambio nos pagaban algunas caprichos. Todo fluía como debía fluir. Ahora ya no es así.
Antes o después Facebook se dará cuenta de que su política de puertas cerradas acabará siendo su perdición y posiblemente ese día decidan implementar algún sistema que le de a los editores la libertad que ahora no tienen pero, también posiblemente, cuando eso ocurra, ya será demasiado tarde para ellos. Quizás durante algún tiempo sus gráficas de beneficios en bolsa sigan en aumento -al fin y al cabo también mi gato engordó durante su cautiverio- pero eso no cambiará su final.
A mi lo que verdaderamente me sorprende es que todavía queden gatos dentro de Facebook.
Cuando era niño en casa teníamos un gato. El gato acostumbraba a salir fuera de la casa, a veces volvía en el día y a veces tardaba semanas en volver, pero siempre regresaba de nuevo porque en casa tenía cobijo y comida.
Un buen día mi madre se empeñó en el que el gato no debía salir más: "Es peligroso para él" -decía-, "un día lo encontraremos atropellado en alguna calle".
Transcurrieron las semanas y un buen día el gato desapareció. Se había escapado y nunca más volvimos a saber de él.
Mi madre se apresuró a justificarse: - "¿ véis? ¡ os lo dije! ¡ sabía que ésto iba a pasar algún día! ¡ seguro que acabó debajo de algún camión!"-.
Mi madre murió sin saber que el gato no se había escapado. El gato se fue porque yo le dejé salir. Tras aquello nadie en la familia supo nunca que suerte corrió el animal pero yo sigo convencido de que el gato nunca regresó porque ya no quería regresar. Se sabía cautivo y, aunque apreciaba el alimento y el cobijo que tenía en casa, apreciaba mucho más su libertad.
Facebook trata a sus usuarios y a sus clientes exactamente igual que trataba mi madre a su gato. No le importaba en absoluto cuales eran sus necesidades, lo quería todo para ella y, aunque ella en el fondo hacía lo que consideraba mejor para el animal, lo cierto es que se equivocaba.
Aún recuerdo los tiempos, años atrás, en que Facebook era una magnífica herramienta para todos nosotros. Ellos ganaban dinero ( no se cómo, pero lo ganaban) y nosotros también. Había una sinergia muy positiva para todos. Nosotros creábamos contenido y actividad para su red y ellos a cambio nos pagaban algunas caprichos. Todo fluía como debía fluir. Ahora ya no es así.
Antes o después Facebook se dará cuenta de que su política de puertas cerradas acabará siendo su perdición y posiblemente ese día decidan implementar algún sistema que le de a los editores la libertad que ahora no tienen pero, también posiblemente, cuando eso ocurra, ya será demasiado tarde para ellos. Quizás durante algún tiempo sus gráficas de beneficios en bolsa sigan en aumento -al fin y al cabo también mi gato engordó durante su cautiverio- pero eso no cambiará su final.
A mi lo que verdaderamente me sorprende es que todavía queden gatos dentro de Facebook.
No lo creo x q eso seria estar fuera de Facebook, y a ellos le interesa que todo transcurra dentro de Facebook y que permanezca el usuario el mayor tiempo posible dentro de su red social.
Buena historia jaja, hace tiempo que he dejado el trafico social ahí tengo mas de 12 fanpages que no recuerdo la ultima vez que publique en ella, pero han debido de pasar meses... un día generas una suma y al otro día no generas prácticamente nada en comparación, un día publicas hasta mas no poder y todo excelente, otro día lo haces y no le llegas a ninguno de tus seguidores es jugar un juego de azar y yo no juego ni la lotería.. así que desistí de eso y no me quejo pero tenia la duda por lo mismo, como ya ahora tengo trafico orgánico en muchas áreas pensé que seria bueno ya que tienen muchísimos anunciantes y la competencia entre uno y el otro quizás los llevara a arrojar un % de beneficios mayor a sus visitantes, Saludos [MENTION=43537]piano[/MENTION] !
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Si, tiene lógica... pero tenia la duda jeje. Gracias por la respuesta!
pensé que seria bueno ya que tienen muchísimos anunciantes y la competencia entre uno y el otro quizás los llevara a arrojar un % de beneficios mayor a sus visitantes, Saludos piano !
Cuando era niño en casa teníamos un gato. El gato acostumbraba a salir fuera de la casa, a veces volvía en el día y a veces tardaba semanas en volver, pero siempre regresaba de nuevo porque en casa tenía cobijo y comida.
Un buen día mi madre se empeñó en el que el gato no debía salir más: "Es peligroso para él" -decía-, "un día lo encontraremos atropellado en alguna calle".
Transcurrieron las semanas y un buen día el gato desapareció. Se había escapado y nunca más volvimos a saber de él.
Mi madre se apresuró a justificarse: - "¿ véis? ¡ os lo dije! ¡ sabía que ésto iba a pasar algún día! ¡ seguro que acabó debajo de algún camión!"-.
Mi madre murió sin saber que el gato no se había escapado. El gato se fue porque yo le dejé salir. Tras aquello nadie en la familia supo nunca que suerte corrió el animal pero yo sigo convencido de que el gato nunca regresó porque ya no quería regresar. Se sabía cautivo y, aunque apreciaba el alimento y el cobijo que tenía en casa, apreciaba mucho más su libertad.
Facebook trata a sus usuarios y a sus clientes exactamente igual que trataba mi madre a su gato. No le importaba en absoluto cuales eran sus necesidades, lo quería todo para ella y, aunque ella en el fondo hacía lo que consideraba mejor para el animal, lo cierto es que se equivocaba.
Aún recuerdo los tiempos, años atrás, en que Facebook era una magnífica herramienta para todos nosotros. Ellos ganaban dinero ( no se cómo, pero lo ganaban) y nosotros también. Había una sinergia muy positiva para todos. Nosotros creábamos contenido y actividad para su red y ellos a cambio nos pagaban algunas caprichos. Todo fluía como debía fluir. Ahora ya no es así.
Antes o después Facebook se dará cuenta de que su política de puertas cerradas acabará siendo su perdición y posiblemente ese día decidan implementar algún sistema que le de a los editores la libertad que ahora no tienen pero, también posiblemente, cuando eso ocurra, ya será demasiado tarde para ellos. Quizás durante algún tiempo sus gráficas de beneficios en bolsa sigan en aumento -al fin y al cabo también mi gato engordó durante su cautiverio- pero eso no cambiará su final.
A mi lo que verdaderamente me sorprende es que todavía queden gatos dentro de Facebook.
Me encanto la historia del gato. Tengo 3 gatos en casa 🙂
Coincido con vos, aunque actualmente sigo trabajando con AN, no puedo quejarme. O mejor dicho "No puedo quejarme del todo". :witless:
Lo cierto es que se gana muy bien con AN, pero el problema es que bien decis vos con el ejemplo del gato, nos tienen cautivos. Debemos seguir sus reglas al 100%, portarnos como niños educados y una sola palabra equivocada en un titulo o un texto te hace que te quiten la monetizacion de esa fanpage (experiencia propia).
Asi que bueno, de momento no queda otra que seguir trabajando, hacerse con la mayor cantidad de plata posible, y en el "mientras tanto", implementar otras opciones de ganancias fuera de Facebook.
Porque un buen dia Facebook te dan una patada en el trasero y ahi tenes que salir corriendo a ver que podes hacer. Entonces es mejor ir creando webs que no dependan 100% de Facebook para que no te agarre por sorpesa.
Y no hay que olvidarse de un tema importante: Los que vivimos 100% de la red, sabemos que dependemos de ella para poder comer todos los dias. Asi que muchas veces canjeamos nuestra libertad por comida.
Esto es lo ideal? En verdad no, pero o dependes de Facebook, o dependes de Adsense, o dependes de MGID, o dependes del buscador de Google que un buen dia te baja de posicion y adios tu trafico organico.
Porque lo ideal no existe: Si trabajas fuera de la red para una empresa o un jefe, tambien dependes de otros, porque cuando trabajas para otro tal vez crees que tenes a fin de mes un sueldo seguro, vaciones pagas, medicina paga, etc.
Pero cuando trabajas para otro, lo unico que tenes seguro es el despido.
Asi que bueno. Siempre en la vida vamos a estar cautivos de alguien, de alguna u otra forma, o en mayor o menor medida.
Por lo menos asi lo veo yo.
Totalmente de acuerdo contigo compañero. Nosotros, los chicos, estamos encadenados nos guste o no. Pero el problema de Facebook no somos nosotros, son los grandes anunciantes. Y esos si que pueden romper sus cadenas como de hecho están haciendo.
La cuestión ahora es ver como va respondiendo Facebook a todos estos movimientos. Aunque visto lo visto cada vez lo hacen peor.
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