La FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, sostiene que comer insectos puede ser una posible solución al hambre en el mundo. Un extenso y completo informe del organismo publicado hoy indica que muchas especies tienen tantas proteínas como la carne y que su producción es barata, y anima a su consumo, tanto por seres humanos como por animales.
En 2030 el mundo tendrá que alimentar a más de 9.000 millones de personas, además de los miles de millones de animales que se crían anualmente. La FAO estima que expandir la superficie dedicada a la agricultura no es una opción sostenible. Los océanos están sobreexplotados, y el cambio climático y la escasez de agua podrían complicar la producción de alimentos. Para hacer frente a esos retos y a la hambruna, los expertos de la ONU creen que lo que comemos tiene que ser revaluado. Y ahí entran los insectos.
Los bichos son una fuente de alimento muy nutritivo y saludable con alto contenido en grasas, proteínas, vitaminas, fibra y minerales, dice el informe de la FAO. Por ejemplo, el contenido de proteínas, vitaminas y minerales de los gusanos de la harina es similar a la del pescado y la carne.
Además de su valor nutricional, en la ONU señalan que los insectos son una buena opción económica. "La recolección de insectos y su crianza a nivel del hogar o la escala industrial puede ofrecer importantes oportunidades de subsistencia para las personas, tanto en países en desarrollo como en países desarrollados", indica el estudio.
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Una crisis alimentaria se presenta en Venezuela, pero esto puede suceder en cualquier parte del mundo, nadie se imaginó que escaseaba la comida tanto en Venezuela.