Crear una aplicación desde cero utilizando solo inteligencia artificial es un desafío interesante, pero no es factible en la actualidad. Aunque la IA puede ayudar a automatizar algunas tareas y procesos en la creación de aplicaciones, aún se requiere de la intervención humana para el diseño, la arquitectura y la implementación de la aplicación, sin embargo, la IA puede proporcionar ventajas significativas en la creación de aplicaciones, como la capacidad de procesar grandes cantidades de datos y mejorar la eficiencia en la programación. También puede mejorar la experiencia del usuario, por ejemplo, mediante la personalización de la interfaz.
Las desventajas de confiar en la IA para la creación de aplicaciones son la falta de flexibilidad y adaptabilidad en el proceso de desarrollo, así como la necesidad de que el desarrollador humano tenga conocimientos profundos sobre la IA para trabajar eficazmente con ella. Para comunicarse con una IA y crear un código, es necesario utilizar un lenguaje de programación específico. Es posible que algunos sistemas utilicen lenguaje natural para generar el código, pero en general se necesita tener conocimientos en programación y saber cómo interactuar con la IA para crear el código deseado.