Los mocos son un fluido espeso y pegajoso que se produce en las membranas mucosas que revisten diferentes áreas del cuerpo, como las fosas nasales, la garganta, los pulmones, entre otros. La función de los mocos es proteger, humedecer y limpiar estas áreas, atrapando partículas extrañas, como polvo, polen o bacterias, para prevenir infecciones y otras enfermedades.
Los mocos están compuestos principalmente por agua, proteínas, células muertas y otras sustancias como sales, enzimas y glóbulos blancos. Cuando se presenta una infección o irritación en el tracto respiratorio, las células que revisten las áreas afectadas liberan una mayor cantidad de moco para proteger y limpiar la zona.
A veces, el cuerpo produce demasiado moco, lo que puede causar congestión nasal, tos o incluso inflamación de las vías respiratorias. En estos casos, pueden requerirse tratamientos médicos para aliviar los síntomas y reducir la producción de moco.