Coloca la jarra levemente inclinada a cierta distancia del grifo pero no demasiada (unos 10 cm) pero no en su perpendicular ya que los primeros chorros tienen mucha espuma y no sirven. Cuando veas que ya no sale espuma mueve la jarra a la perpendicular del grifo y deja que la cerveza choque en el borde de la jarra. Cuando la jarra esté casi llena sepárala un poco más del grifo para que se forme la espuma. En este momento, con la jarra casi llena y con espuma cierra el grifo y vuelve a abrirlo inmediatamente, de esta forma saldrá la crema de cerveza que quedará entre la cerveza y la espuma y que formará una capa que impedirá que el gas carbónico escape, manteniendo así toda la fuerza y sabor de la cerveza.
No sé si esto te servirá, pero ahí queda para quien lo necesite... 🙂
Mi cerveza preferida Enlace eliminado