
diegopulga
Delta
Verificación en dos pasos activada
Verificado por Whatsapp
¡Ha verificado su Paypal!
Han mejorado las cosas desde aquella vez.
Última edición:
De corazón: GRACIAS. Aprecio tu bondad, tu apoyo (aun sin conocerme) y te envío otro fuerte abrazo de vuelta. Muchas bendiciones.No te voy a decir, en lo que ya sabes sobre la putas casas de apuestas. En vez de esto, y aun no conociéndonos, eres muy pero que muy grande y te mereces lo mejor de lo mejor. Me alegro un montón que hayas puesto punto y final. Y empiezes un nuevo y maravilloso camino que tienes por delante.
Demuestras una iniciativa y valentía que es de admirar y lo admiro. Desde un rinconcito de España te envio todos los ánimos del mundo. A mi no me importa que postees los días que quieras, sin esperar a fin de mes. Me alegrará leer más seguido como lo estas logrando. Y recuerda, que en este camino no estás solo.
Un fuerte abrazo,😄
te compadesco amigo, es una adiccion tremenda, he visto mucha gente arruinarse la vida realmente con el juego.Quiero compartir con ustedes mi historia. La escribo para ayudar y para ayudarme.
Mi primer acercamiento al juego fue hace unos 18 años aproximadamente, en un casino que abrieron muy cerca de mi universidad. Al principio todo parecía una actividad inofensiva: salir de clase, pasar con amigos al casino, jugar algunos pocos pesos, recibir un trago o algún bocadillo, incluso, en algunos casos, ganar algo de dinero (negocio redondo, pensábamos ingenuamente).
Conforme pasaba el tiempo, lo que al principio era una actividad casual e inofensiva se convertía en una actividad cada vez más frecuente y económicamente demandante. Como estudiante tenía la gran ventaja de que mis padres me daban dinero a diario, así que si un día lo perdía todo, no había mucho lio, porque al otro día volvería a tener dinero para gastar.
El problema comenzó cuando tuve mi primer trabajo, mis propios ingresos y descubrí mi incapacidad de poner límites y administrar mis recursos. Mi primer campanazo de alerta fue hace más de 10 años, cuando aun siendo muy joven, en una sola noche perdí el sueldo que me habían acabado de pagar y que me había tardado un mes en ganar. Ese mes pasé días sin comer, tuve que caminar diario hasta mi oficina (5 kilómetros de ida y 5 kilómetros de regreso) e inventar todo tipo de mentiras para evitar planes con familiares y compañeros que implicaran así fuera un mínimo gasto (no tenía nada).
Desde ese entonces, viví tratando de establecer términos, reconociendo que el juego me hacía daño y tratando de autoimponerme reglas para jugar. Por ejemplo, ir solo dos veces al mes al casino, sin tarjetas y solo con el dinero en efectivo que me podía permitir perder. Sé que no es la forma, pero al menos en mi caso, me ayudaba a mantener a límite el problema.
El verdadero infierno llegó con el boom de las asquerosas casas de apuestas en línea, porque es relativamente fácil evadirte de asistir al casino, pero para nosotros, los adictos al juego, es casi una maldición tener el maldito casino todo el tiempo en nuestro bolsillo.
Las apuestas en línea no solo te roban tu dinero, sino que TE ROBAN TU VIDA. Todo el tiempo estás pegado de la maldita pantalla del teléfono prestando atención a un partido de futbol de la liga amateur de Jordania, mientras que desatiendes tu trabajo, tu vida familiar y te pierdes la posibilidad de VIVIR el momento presente.
NUNCA, repito, nunca en mi vida tuve tanta ansiedad, irascibilidad y malestar físico y emocional, como cuando aposté en línea. Dormía mal, dormía poco, permanecía cansado, desatendía mis negocios, no solo perdía dinero en el casino online, sino que afectaba mi capacidad para ganar dinero en el mundo real.
Debo reconocer que soy una persona hábil para los negocios y que a pesar de perder mucho dinero, casi nunca pasé grandes necesidades. El problema está cuando reviso mi situación y me doy cuenta que mientras mis familiares y colegas de mi misma edad (y que ganan menos que yo) ya tienen un capital, vivienda propia y automóvil, ¡YO NO TENGO NADA!
Hoy escribo este testimonio porque he decido reconocer mi problema y tomar acción. Hay profesionales que dicen que es muy difícil recorrer el camino de la recuperación solo, pero yo he decidido hacerlo, porque no tengo un grupo de apoyo cercano y porque confío en mí, en mi fuerza interior y en mi determinada decisión de vivir mejor.
No quiero pasar los mejores años de mi vida siendo miserable mirando la pantalla de mi teléfono durante 19 de las 24 horas del día (sin duda eso es un tipo de esclavitud autoimpuesto), no quiero desatender mi trabajo por atender una actividad que poco a poco me está arruinando, QUIERO SER FELIZ, QUIERO SER DUEÑO DE MI PRESENTE, QUIERO VIVIR EN PAZ Y BIENESTAR CONMIGO MISMO Y CON LOS DEMÁS.
El primer y más valioso aprendizaje que me he llevado en mi intento de salir adelante es aprender que este reto se vive UN DÍA A LA VEZ y así, un día a la vez, ya llevo 6 días sin jugar. Sé que para algunos es poco tiempo, pero para mí es una inmensidad y me siento agradecido conmigo mismo por estar empezando a lograrlo.
Escribo esta publicación como una bitácora de mi proceso, donde con total honestidad escribiré mes a mes como van las cosas, y pues: VAMOS JUNTOS, QUE ENTRE TODOS PODEMOS SALIR ADELANTE.
No duden en contactarme si sienten que puedo ser de ayuda, aquí estamos para apoyarnos entre todos: ¡ANIMO, HAZLO SOLO POR HOY! *Y repítelo mañana 😉
los jugadores compulsivos, no les importa ganar dinero, lo que les importa es apostar...el ganar o perder es irrelevante, lo que necesitan es la adrenalina de apostarlo todo.Muy buena decisión de tu parte bro justo tengo un amigo con el cual entramos por diversión pero el se lo está tomando muy enserio esto lo de las apuestas ya q varias veces me ha mostrado tickets de valor de
1000 USD
Solo me queda aconsejarlo para q evite seguir apostando esas cantidades
nunca me llamaron la atencion en realidad, a la loteria jugue una sola vez y gane, estaba una ex novia en el hospital por una cirugia y mi suegra era adicta a la lotería y jugaba todos los dias, me pidio que la acompañe y me convencio a que jugara un numero, y termine ganando...Yo recuerdo hace años, cuando tenia creo 17 años, mi hermano me llevo al casino, ahi habia un juego de caballos, le apostabas al caballo que creias que era ganador y si le chantabas pues... era divertido. pero me empezo a coger como una adiccion, en ese tiempo tampoco tenia ni amigos ni otra cosa que hacer, asi que esto era como un lugar a donde desahogarme.
paso el tiempo y empece a vender mis libros para ir a jugar, hasta que un día me vi sentado a la s5:00 am solo , porque no habia nadie sentado alrededor del juego, con 100 monedas ... y me di cuenta que esta no era mi vida, regrese a mi cuarto. y por los días siguientes pase siempre por el casino, pero nunca entraba, sentía que si tenía que vencer esta adiccion, tenía que afrontarla.
asi pase mas de una semana cerca al casino, con dinero en mano, pero nunca ingrese, poco a poco, lo venci, ahora es una historia atras.
no me atraeen, no me llamana la atención y si algun día ingrese años despues, pues lo vi como un juego y nunca mas he regresado.
Mucha suerte, hay que tener metas, y otras cosas mas en la vida, no podemos centrarnos solo en una cosa, ni con el trabajo, ni con los amistades
siempre hacer mas de una cosa a la vez, siempre.
Yo dejé el juego con la ayuda de una psiquiatra y una psicóloga que trabajaron en conjunto y con la ayuda de mi familia que comenzó a vigilarme para evitar que juega a escondidas, y mi fe en Dios. Tenia q ira a ver la psiquiatra y a la psicologa siempre acompañado por alguien para que le contaran como estaba llevando todo, x q si iba solo podia mentirle.Quiero compartir con ustedes mi historia. La escribo para ayudar y para ayudarme.
Mi primer acercamiento al juego fue hace unos 18 años aproximadamente, en un casino que abrieron muy cerca de mi universidad. Al principio todo parecía una actividad inofensiva: salir de clase, pasar con amigos al casino, jugar algunos pocos pesos, recibir un trago o algún bocadillo, incluso, en algunos casos, ganar algo de dinero (negocio redondo, pensábamos ingenuamente).
Conforme pasaba el tiempo, lo que al principio era una actividad casual e inofensiva se convertía en una actividad cada vez más frecuente y económicamente demandante. Como estudiante tenía la gran ventaja de que mis padres me daban dinero a diario, así que si un día lo perdía todo, no había mucho lio, porque al otro día volvería a tener dinero para gastar.
El problema comenzó cuando tuve mi primer trabajo, mis propios ingresos y descubrí mi incapacidad de poner límites y administrar mis recursos. Mi primer campanazo de alerta fue hace más de 10 años, cuando aun siendo muy joven, en una sola noche perdí el sueldo que me habían acabado de pagar y que me había tardado un mes en ganar. Ese mes pasé días sin comer, tuve que caminar diario hasta mi oficina (5 kilómetros de ida y 5 kilómetros de regreso) e inventar todo tipo de mentiras para evitar planes con familiares y compañeros que implicaran así fuera un mínimo gasto (no tenía nada).
Desde ese entonces, viví tratando de establecer términos, reconociendo que el juego me hacía daño y tratando de autoimponerme reglas para jugar. Por ejemplo, ir solo dos veces al mes al casino, sin tarjetas y solo con el dinero en efectivo que me podía permitir perder. Sé que no es la forma, pero al menos en mi caso, me ayudaba a mantener a límite el problema.
El verdadero infierno llegó con el boom de las asquerosas casas de apuestas en línea, porque es relativamente fácil evadirte de asistir al casino, pero para nosotros, los adictos al juego, es casi una maldición tener el maldito casino todo el tiempo en nuestro bolsillo.
Las apuestas en línea no solo te roban tu dinero, sino que TE ROBAN TU VIDA. Todo el tiempo estás pegado de la maldita pantalla del teléfono prestando atención a un partido de futbol de la liga amateur de Jordania, mientras que desatiendes tu trabajo, tu vida familiar y te pierdes la posibilidad de VIVIR el momento presente.
NUNCA, repito, nunca en mi vida tuve tanta ansiedad, irascibilidad y malestar físico y emocional, como cuando aposté en línea. Dormía mal, dormía poco, permanecía cansado, desatendía mis negocios, no solo perdía dinero en el casino online, sino que afectaba mi capacidad para ganar dinero en el mundo real.
Debo reconocer que soy una persona hábil para los negocios y que a pesar de perder mucho dinero, casi nunca pasé grandes necesidades. El problema está cuando reviso mi situación y me doy cuenta que mientras mis familiares y colegas de mi misma edad (y que ganan menos que yo) ya tienen un capital, vivienda propia y automóvil, ¡YO NO TENGO NADA!
Hoy escribo este testimonio porque he decido reconocer mi problema y tomar acción. Hay profesionales que dicen que es muy difícil recorrer el camino de la recuperación solo, pero yo he decidido hacerlo, porque no tengo un grupo de apoyo cercano y porque confío en mí, en mi fuerza interior y en mi determinada decisión de vivir mejor.
No quiero pasar los mejores años de mi vida siendo miserable mirando la pantalla de mi teléfono durante 19 de las 24 horas del día (sin duda eso es un tipo de esclavitud autoimpuesto), no quiero desatender mi trabajo por atender una actividad que poco a poco me está arruinando, QUIERO SER FELIZ, QUIERO SER DUEÑO DE MI PRESENTE, QUIERO VIVIR EN PAZ Y BIENESTAR CONMIGO MISMO Y CON LOS DEMÁS.
El primer y más valioso aprendizaje que me he llevado en mi intento de salir adelante es aprender que este reto se vive UN DÍA A LA VEZ y así, un día a la vez, ya llevo 6 días sin jugar. Sé que para algunos es poco tiempo, pero para mí es una inmensidad y me siento agradecido conmigo mismo por estar empezando a lograrlo.
Escribo esta publicación como una bitácora de mi proceso, donde con total honestidad escribiré mes a mes como van las cosas, y pues: VAMOS JUNTOS, QUE ENTRE TODOS PODEMOS SALIR ADELANTE.
No duden en contactarme si sienten que puedo ser de ayuda, aquí estamos para apoyarnos entre todos: ¡ANIMO, HAZLO SOLO POR HOY! *Y repítelo mañana 😉