Soy la oveja negra de mi casa, dos hijos adolescentes me sumergen en un espiral de música tan variada y tan cambiante como el flujo de la luz eléctrica de mi hogar (que se va y viene a su gusto)
Debo solo soportar el sonido de esos temas que no me generan placer en mis oídos, pero en contraposición llenan la casa de buenas vibras, pues ellos adolecentes, cambian de ánimo tan rápidamente que le agradezco a la música esa virtud.
Ahora bien, cuando intento desconectarme de el día a día y todo lo que ello implica (se los contaría, pero sería muy largo mi post) coloco los audífonos en mis oídos y escucho música clásica, si... Lo sé... Muchos se han reído por ese gusto musical. Pero me parece genial los sonidos como se integran en la melodía, me gusta mucho imaginar la letra, jajaja la cual varía según mi estado de ánimo... Pero en realidad, por eso vemos tantas variaciones en los gustos, cualquier ritmo que haga que nuestros pensamiento cambien son para mí bien recibidos... Saludos!