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Beta
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		Una completa locura científica 
		
		
	
	
		 
	
		 : lo que parecía solo una práctica antigua para “depurar el cuerpo” hoy se confirma como un escudo real contra uno de los mayores enemigos de la humanidad: los infartos. Un nuevo estudio revela que el ayuno controlado no solo ayuda a bajar de peso, sino que puede reducir drásticamente la formación de coágulos peligrosos en la sangre, esos pequeños asesinos silenciosos que desencadenan infartos y derrames cerebrales.
	: lo que parecía solo una práctica antigua para “depurar el cuerpo” hoy se confirma como un escudo real contra uno de los mayores enemigos de la humanidad: los infartos. Un nuevo estudio revela que el ayuno controlado no solo ayuda a bajar de peso, sino que puede reducir drásticamente la formación de coágulos peligrosos en la sangre, esos pequeños asesinos silenciosos que desencadenan infartos y derrames cerebrales. 
		 
	
		 
	
		 
	
Lo impactante es que durante el ayuno el cuerpo activa un modo de reparación natural: limpia grasas dañinas, calma la inflamación y evita que las plaquetas se agrupen como si fueran una bomba de tiempo en las arterias. Así, la sangre fluye con más libertad, el corazón descansa y la probabilidad de un evento cardíaco se desploma.
Y no acaba ahí: el ayuno también mejora la sensibilidad a la insulina, equilibra el colesterol y fortalece el metabolismo como si fuera una puesta a punto interna. Los científicos aclaran que debe hacerse de manera guiada y responsable, pero el mensaje es claro: una práctica tan sencilla puede ser más poderosa de lo que jamás imaginamos.
		 
	
		 
	
	
		
			
		
		
	
				
			 
	 
	 
	 
	 
	Lo impactante es que durante el ayuno el cuerpo activa un modo de reparación natural: limpia grasas dañinas, calma la inflamación y evita que las plaquetas se agrupen como si fueran una bomba de tiempo en las arterias. Así, la sangre fluye con más libertad, el corazón descansa y la probabilidad de un evento cardíaco se desploma.
Y no acaba ahí: el ayuno también mejora la sensibilidad a la insulina, equilibra el colesterol y fortalece el metabolismo como si fuera una puesta a punto interna. Los científicos aclaran que debe hacerse de manera guiada y responsable, pero el mensaje es claro: una práctica tan sencilla puede ser más poderosa de lo que jamás imaginamos.
 
	 
	 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 