Es muy difícil hablar de merecimientos en el fútbol. Los resultados, muchas veces -por no decir casi siempre- no reflejan lo hecho por un equipo en un partido, mucho menos por todo lo realizado durante una copa, que se desarrolla en algunos partidos, en limitado tiempo.
Croacia es una "no-sorpresa": último subcampeón mundial, perdiendo sólo un partido desde el 2018 hasta la semifinal con Argentina, es necesario recordar que esta nación participó por primera vez de un campeonato de semejante categoría en Francia 1998 y, desde entonces, nunca salió del top 20 de selecciones.
Marruecos, por otra parte, si está haciendo épica, historia y de la grande, al convertirse en el primer equipo del continente africano en llegar a tales instancias en la máxima cita del fútbol.
Los dos han demostrado ser planteles completos, que saben defender y saben atacar, que saben esperar y saben salir a buscar. Son prolijos, tienen entrenadores y jugadores inteligentes, e incluso dos o tres estrellas de renombre a nivel mundial.
Este partido no entra en el mote que siempre se lo ha puesto: "el partido que nadie quiere jugar", porque claro, lo juegan los dos equipos que por haber sido derrotados previamente, no pudieron acceder al partido final. Pero este sin dudas es un partido interesante de ver, agradable, y además, cualquiera de los dos deben estar muy orgullosos por su participación en Catar.
No cabe la menor duda que, Croacia y Marruecos luchando por un lugar en el podio, resulta muy sano para el fútbol.