Deseos infantiles que aún conservas

  • Autor Autor AryaStark
  • Fecha de inicio Fecha de inicio
Desde niño siempre quise hacer un haduken... no es broma hasta el dia de hoy lo sigo intentando.

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Se dice que todos conservamos al niño interior a pesar de la edad que tengamos, y en muchos casos eso también se nota a nivel de personalidad, pero ese es otro tema!

La niñez es una etapa en la que creemos que todo es posible, y deseamos cosas extravagantes muchas veces.

Y aunque con la edad y el tiempo vamos madurando, y olvidando esos deseos infantiles , algunos quedan siempre entre nuestros más ansiados anhelos.

En mi caso, desde chica soñaba con tener un caballo, y siempre que visitabamos a los parientes del campo, ese deseo se hacía presente.

Pero obviamente, viviendo en la ciudad era algo totalmente imposible... Pero ahora que me mudé al campo... Ese deseo resurgió de entre los recuerdos de la infancia.

Y ustedes Betas, conservan algún deseo o sueño de la infancia que quieran materializar?
Cuando tenia unos 12 años me gustaba crear historias con mis Juguetes en ese entonces de Lego y demás, siempre creaba historia y terminaba destruyendo uno que otro XD pero me divertía demasiado a tal punto de que con 15 años aun jugaba, a pesar de que no eran legos originales estos cumplían su función, ahora que tengo 23 y un poco de estabilidad económica aun siento ganas de volver a jugar, peor hay algo que me frena, no puedo explicarlo pero es un sentimiento de "ven acá hombre ya eres mayor de edad" sin embargo me llena la emoción de comprar mis propios juguetes y seguir armando historias, lo malo es que si mi novia me ve jugando no se que pueda pasar XD.
 
Un buen garaje con coches top! xD
 
Cogerme a la profe
 
Recuerdo un patio muy modesto de mi niñez.
Al final de la jornada lúdica, recuerdo acostarme y ver al cielo, y regocijarme con la sensación del sol del atardecer, con las nubes pasajeras y la seguridad que mi familia me brindaba.
Espero que algún día mi hija pueda sentir esa misma satisfacción, tomarse un descanso, acostarse, ver al cielo y sentir la dicha que yo sentí.
 
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