4:Realmente este escrito me ha emocionado, pues ha puesto en palabras coloquiales algo que la mayoría de las personas no entienden. "El dinero no hace la felicidad", simplemente satisface tus necesidades momentáneas e ilusorias. Es obvio que si una persona está viviendo en condiciones críticas de supervivencia, el dinero resulta muy necesario, pero igualmente caerá en la categoría de cubrir necesidades.
Lamentablemente en este mundo las personas no son valoradas por lo que son sino por lo que tienen: "eres lo que tienes", Sin embargo, se ha demostrado a través de la historia, que si no sabes quien eres, para que estas aqui, y cual es el sentido de tu vida, fácilmente caerás en depresiones, vicios, y pare de contar. Esto aplica tanto para los que tienen muchisimo como para los que apenas tienen para sobrevivir.
Como ejemplo les dejo este escrito que conseguí por internet, a propósito de la muerte del querido actor y gran ser humano Robin Williams:
FAMILIA 21 / Un sentido de vida
Jesús Amaya | (17 agosto 2014)
En los últimos años se ha hecho más común escuchar sobre personas que se quitan la vida sin importar edad, clase social, nivel económico o fama. Esta semana fuimos impactados por el suicidio del actor Robin Williams.
Y la pregunta que surge es por qué. ¿Cómo es posible que una persona pueda tomar esa decisión si lo tiene todo?
Su hija Zelda, consternada por la decisión de su padre, expresó: "Jamás entenderé por qué, a pesar de que era tan amado, no pudo encontrar un motivo en su corazón para quedarse".
Los expertos explican que la causa de su fatal decisión pudo ser la depresión o su adicción a la cocaína. Sin embargo, pienso que hubo otra razón más poderosa y que su hija da la pista: "no pudo encontrar un motivo en su corazón para quedarse".
Robin Williams careció de un sentido real y significativo para vivir. Parece que el dinero y la fama no son suficientes para ser felices.
Esto es un alerta para todos. Es fundamental que nuestros hijos crezcan, desde pequeños, con motivos reales de que la vida sí vale la pena vivirla.
León Tolstoi, pensador y un gran novelista ruso, decía: "Sin el conocimiento de quién soy y por qué estoy aquí, la vida es imposible".
La vida es dura. Vivimos dolor físico, angustia mental, violencia, ansiedad, desilusión y muerte. Y como decía Eric Fromm, psicoanalista alemán: "el hombre es el único animal para quien su propia existencia constituye un problema que tiene que resolver por él mismo y del cual no puede escapar". Cada quien escribe su propio destino.
Nuestros hijos están en un gran peligro, ya que muchos de ellos no saben quiénes son, para qué viven y por todo se quejan y se deprimen.
Ángela Marulanda, escritora colombiana, en su libro De la culpa a la calma, nos dice: "Son chicos súper débiles: se traumatizan con todo, se deprimen con todo, se quieren suicidar por todo, porque no saben luchar". Y yo agregaría que porque no tienen un sentido de vida.
Enseñemos a nuestros hijos a maravillarse por la vida. Han perdido la capacidad de sorprenderse y piensan que vestir con ropa de marca, tener una imagen envidiable o poseer el celular más moderno les dará la felicidad. El sentido de vida no está en el tener sino en el ser y trascender.
Víctor Frankl, escritor y prisionero judío-alemán en la Segunda Guerra Mundial, afirma: "La búsqueda del sentido del hombre es la motivación más importante de su vida".
Ayudemos a nuestros niños y jóvenes a encontrar su sentido de vida en la familia, en la escuela, en el trabajo, en otras palabras, en cualquier momento de su existencia.