También hay que tener en cuenta que muchos "cursos", "webinars" y demás publicaciones en Google para convertirte en redactor, te dicen que te "especialices" en una, dos o tres temáticas para así poder ser el mejor en ellas y cobrar más. Y, sin embargo, en mi opinión, eso es un fallo grande porque tú mismo te limitas las posibilidades de redactar de manera generalista. Aparte de que en muy pocos sitios vas a conseguir que de verdad te paguen por esos conocimientos.
Yo llevo redactando desde 2007 (empecé fuera del foro) y no me he cerrado a ninguna temática. ¿Que algunas son complicadas y te llevan más tiempo? Sí, por supuesto. ¿Que te gustaría cobrar más por ellas? Indudablemente. Pero, ¿te lo pagarían? Probablemente no. Y no porque lo hagas mal, sino por algo que habéis dicho: ¿para qué le voy a pagar a una persona a 1-2-3 euros las 100 palabras si hay gente que lo hace por 30 céntimos? O por 50.
De todas formas, y ciñéndome al tema de este hilo, considero que hay muchos redactores que pueden ser muy buenos, pero no creo que haya que regirse por un solo sistema, como el
iTrader que habéis comentado, sino quizá por esos mensajes que mandan (sé que muchos son "mensajes tipo" iguales para aquellos que buscan artículos de mascotas, de Amazon o de tecnología sin darse cuenta que eso solo provoca que el cliente esté seguro de que el redactor no sabe lo que ha pedido).
Casi todos los escritores hemos escrito y tenemos nuestros "mejores artículos" que son los que mandamos para que vean la forma de escribir, el estilo... También están las pruebas para ver qué tal lo hacen en los temas. Y algo aún más valioso: el que el propio redactor sea honesto y, si una temática no le gusta, o no puede hacer un artículo de calidad, que lo reconozca. No es malo, pero hay quienes algunos temas se les atraviesan (por su estilo de vida, forma de pensar, creencias...). El problema es la pérdida de tiempo, tanto a la hora de seleccionar, como a la hora de probar, que a veces no se tiene tiempo. Pero si algo quieres, algo te cuesta.
Y sí, es "fiarse" de las personas, pero igual que un cliente se fía de un redactor para que cumpla con el trabajo, los redactores también nos fiamos de los clientes para que paguen (y muchas veces te quedas con dos palmos de narices porque no lo hacen).
Perdón por todo este tocho.