En Venezuela no los he visto en ningún lado, sé de su existencia por mi trabajo y por las redes sociales. Vivo en un pueblito en el interior del país y nunca he visto una tienda que los venda.
Creo que lo vemos innecesario, pero es cuestión de culturas.
Hay muchas otras cosas en que hay contraste también (soy de clase media), por ejemplo:
1. Tengo conocidos con mascotas y no las sacan a pasear. Generalmente los perros y gatos andan en libertad, salen y entran de casa cuando quieren (no es común en mi pueblo que la gente quiera robarse un perro o un gato).
2. En 24 y 31 de Diciembre compramos ropa nueva "los estrenos", organizamos una cena (no invitamos a nadie, pero la gente llega sola xD) y bebemos licor hasta el otro día. Luego, los 25 de diciembre y el 1 de enero nos vamos a la playa, río o piscina... Esto es como una ley jajaja. Un amigo español me dijo que así no era en España.
3. En ninguna casa de mi pueblo hay calentador de agua. Todos nos bañamos con el agua tal como sale de la "llave" (grifo). Sé que en estados más fríos sí hay, pero aquí no, los he mencionado y la gente ni los conoce.
4. Las cafeteras son algo sumamente extraño en las casas. Las puedes ver en oficinas o tiendas para uso de empleados, pero por lo general no hay en las casas.
5. Casi nadie tiene waflera. No es una necesidad, de hecho, muchos que conozco dicen que los wafles no son apetecibles (cuestión de gustos).
6. En mi pueblo no todos pueden comprarse un carro, de hecho, quienes lo tienen son los más acomodados económicamente. Sin embargo, casi todos tienen motocicleta, es raro quien no la tenga. Incluso adolescentes de 14, 15 o más van al liceo en sus motos y es algo totalmente normal.
7. Por otro lado, gastar un dineral en una boda de ensueño no es la meta de la mayoría de las mujeres aquí. Las chicas en España lucen vestidos de novia de miles de €, pero una chica de aquí no haría semejante cosa, no es solo por el poder adquisitivo, es por cultura. Nadie va a gastar 20k en una boda, ni por muy rico que sea. La gente prefiere comprar sus casas, sus cosas, irse de viaje y de hecho, solo un 30 % llega a casarse legalmente. Por cierto, quienes se casan raramente van a una luna de miel. Obvio sí hay algunos riquillos que hacen el derroche, pero son escasos.
Todo esto sucede en el interior del país, obviamente en Caracas, Barquisimeto y otros lugares la cosa cambia.