En los vínculos sociales, surgen conflictos, diferencias de criterio y expectativas no cumplidas. Una persona puede sentirse muy cómoda en el plano teórico de la reflexión sobre los sentimientos y las emociones, sin embargo, el conocimiento humano no solo consta de esta base teórica, sino también, de la habilidad. Es decir, de la práctica.
A continuación, te dejo unas
causas por las que te cuesta relacionarte con la gente:
1. Tienes que salir de tu zona de confort
En cierto sentido, muchas personas pueden sentirse identificadas con lo que implica la dificultad en el contexto de
los vínculos sociales, puesto que cuando alguien se abre a la alteridad, abandona el campo de la individualidad. Y, entonces, surge un cambio que rompe con esa zona de confort.
2. Círculo social reducido
Por diferentes circunstancias, una persona puede tener una historia de vida cuyo guión ha transcurrido en un
entorno que ha sobreprotegido al protagonista.
3. Creencias limitantes
Las creencias limitantes no están en la realidad, están en la mente. Son muchas las creencias limitantes que una persona puede decirse a sí misma en relación con las
habilidades sociales. Por ejemplo, "soy una persona aburrida".
4. Miedo al miedo
El temor es una experiencia muy saludable porque activa el criterio de la prudencia. Sin embargo, el miedo al miedo es un asunto distinto. Este patrón refleja la angustia que siente aquella persona que vive este
círculo de negatividad al anticiparse desde esta perspectiva a la realidad. Por ejemplo, el miedo a no tener conversación con los demás o el miedo a sentir el estrés de ese momento puede hacer que una persona evite aquellas situaciones en las que cree que se expone a que eso ocurra.
5. Experiencias negativas
También puede ocurrir que una persona se haya sentido fuera de lugar en distintos entornos sociales y esta incomodidad le lleva a extraer interpretaciones con un valor absoluto