Yo discrepo con la mayoría de los compañeros.
Mi hija pequeña tiene 5 años. Hace unos días se la cayó un diente y, tal y como es costumbre, lo colocamos debajo de la almohada antes de dormir para que el Hada de los Dientes la deje un regalo o una moneda durante la noche.
Esta vez, poco antes de irnos a la cama, mi hija me dijo que la habían comentado en el colegio sus compañeros que el Hada de los Dientes no existía, que eran los padres.
La dije que se equivocaba, que el Hada de los Dientes existía de verdad, pero que sólo visitaba a aquellos niños que de verdad creían en ella. La dije que si tenía fe yo la demostraría que el Hada existía.
Cuando mi hija se durmió, yo me levanté de la cama, la hice una foto mientras dormía y después abrí Photoshop y preparé un montaje con la imagen de un Hada bajada de internet. Coloqué la foto en mi teléfono y cuando se levantó por la mañana la dije que me había quedado despierto toda la noche esperando a que llegara el Hada de los Dientes sólo para poder hacerla una foto y que ella la viera.
Aquí tienes la foto:
Sobra decir que, tan pronto como la mostré la foto, quedó absolutamente convencida de que el Hada realmente existía. La dije que sería nuestro secreto, que no debía contarlo a nadie o el Hada no volvería más. Y tan contenta por la mañana se fue al colegio sabiendo que el Hada existe y sin importarle en absoluto lo que los demás la puedan decir porque lo ha visto con sus propios ojos. Los tontos son los demás.
No tengo claro que puedas aplicar la misma fórmula que he aplicado yo para un niño de 10 años pero, como ya te han dicho más arriba, destrozarle los sueños a un niño es algo muy feo, y me da igual si tiene 5 años o tiene 10. No es necesario que te ciñas al Si o al No, siempre hay un tercer camino para solucionar el problema sin matar la ilusión del niño, tan sólo tienes que ponerle un poquito de imaginación al asunto.
Y aún te voy a decir algo más: Yo tuve la inmensa suerte de tener un padre excepcional. Durante mi infancia mi padre me mostró cosas increíbles exactamente igual que intento hacer yo con mis hijas. No tengo la más remota idea de como se las ingenió el hombre para hacerlo pero sea como fuere él lo hizo, y hoy en día, a mis casi 50 años, aunque el sentido común me dice que nada de aquello fue posible, aún albergo la duda de si todas aquellas cosas que él me mostró realmente ocurrieron o no.
¿y sabes qué? Pude preguntarle muchas veces pero nunca lo hice. Es muy bonito vivir con esa clase de dudas y recuerdos.
🙂