1.
Mi primo Fernando, abogado, se casó con una mujer campesina que ya tenía un hijo de una relación anterior. Juntos tuvieron tres hijos más. Con el tiempo, ella decidió irse a trabajar a Argentina y se llevó consigo a su hijo mayor, dejando a Fernando solo con los tres hijos que tuvieron en común.
2.
Mi primo Diego, arquitecto y clásico nerd, tenía un trabajo estable y un buen sueldo. Estaba casado con una mujer que, según todos, era poco agraciada físicamente y algo inestable emocionalmente. Tras 25 años de matrimonio, Diego —que tomaba dos litros de Coca-Cola al día— enfermó de diabetes y estuvo a punto de perder una pierna, aunque los médicos lograron evitarlo. A raíz de su enfermedad perdió su trabajo; algunos dicen que lo despidieron, aunque él insiste en que renunció. No mucho después, su esposa lo abandonó alegando: "Sé que no estoy dispuesta a cuidar a un enfermo".
3.
Mi primo Carlos, empresario exitoso, importaba ropa y la vendía a precios elevados. Sus hijos asistían a los mejores colegios, tenía un auto de lujo y un excelente departamento. Su esposa, que era muy atractiva, subió bastante de peso con los años. Tuvieron tres hijos. Carlos sufría de un extraño problema cardíaco, pero lo mantenía controlado con medicación y llevaba una vida normal.
Cuando llegó el COVID, sus ventas cayeron, pero eso fue apenas el inicio...
Él era extremadamente cuidadoso con el virus: usaba barbijo en su tienda y desinfectaba todo constantemente. Sin embargo, durante el pico de la pandemia, su esposa recibió una invitación para una reunión de su promoción del colegio. A pesar de sus advertencias, ella fue. Una semana después enfermó gravemente de COVID, y contagió a Carlos.
Él la pasó mucho peor. Debido a su condición cardíaca, fue internado en un hospital privado. La cuenta ascendió a unos 50 mil dólares, y además tenía una deuda previa de 10 mil. Amenazaron con sacarlo del hospital si no pagaban. Lograron el dinero a través de un préstamo... pero todo era en vano: Carlos ya había muerto.
Ahora su esposa es viuda, con un departamento, tiendas de ropa, y quién sabe cuánto dinero quedó en sus cuentas.
4.
Mi primo Nelson se casó con su primera y única novia tras ocho años de noviazgo. Actualmente trabaja en un país asiático como nómada digital y gana muy bien. Su esposa es vegana, maratonista y no quiere tener hijos. Él parece feliz con ella, aunque bebe cerveza a escondidas porque ella no lo aprueba. No tengo claro si él desea ser padre, pero ella ya tiene 30 años. Es profesora de yoga.
5.
Mi hermano empezó una relación con una chica de 20 años, él tenía 30. Ella fue muy insistente al principio. Comenzaron bien: salían a caminar, a comer, y él, que no bebe ni va a fiestas, estaba cómodo. Ella, en cambio, lo obligó a asistir a algunas reuniones familiares y fiestas formales.
Todo parecía ir bien, hasta que ella comenzó a contarle cosas muy personales: tenía diagnóstico psiquiátrico, había intentado suicidarse dos veces, era vegana, tenía problemas con su padre y, además, admitió que sentía un profundo odio por los hombres.
A pesar de todo, mi hermano continuó con la relación, probablemente porque estaba muy enamorado.
Tras dos meses, ella terminó con él sin previo aviso. Luego de insistencias, volvieron. Pero el trato cambió: ella lo menospreciaba, decía que quería salir a beber con sus amigas y que él fuera a recogerla, lo comparaba con otros hombres y se burlaba de su delgadez.
Tenía miles de seguidores en Instagram y TikTok, muchos le escribían también por WhatsApp.
Un día lo dejó plantado en una fiesta y él se molestó. Entonces ella le propuso "dejar de verse por un mes". Él respondió: “Eso es terminar”, a lo que ella dijo: “No estamos terminando”.
Al final, creo que mi hermano se salvó. Ella tenía un trastorno diagnosticado y un fuerte resentimiento hacia los hombres.1.
Mi primo Fernando, abogado, se casó con una mujer campesina que ya tenía un hijo de una relación anterior. Juntos tuvieron tres hijos más. Con el tiempo, ella decidió irse a trabajar a Argentina y se llevó consigo a su hijo mayor, dejando a Fernando solo con los tres hijos que tuvieron en común.
2.
Mi primo Diego, arquitecto y clásico nerd, tenía un trabajo estable y un buen sueldo. Estaba casado con una mujer que, según todos, era poco agraciada físicamente y algo inestable emocionalmente. Tras 25 años de matrimonio, Diego —que tomaba dos litros de Coca-Cola al día— enfermó de diabetes y estuvo a punto de perder una pierna, aunque los médicos lograron evitarlo. A raíz de su enfermedad perdió su trabajo; algunos dicen que lo despidieron, aunque él insiste en que renunció. No mucho después, su esposa lo abandonó alegando: "Sé que no estoy dispuesta a cuidar a un enfermo".
3.
Mi primo Carlos, empresario exitoso, importaba ropa y la vendía a precios elevados. Sus hijos asistían a los mejores colegios, tenía un auto de lujo y un excelente departamento. Su esposa, que era muy atractiva, subió bastante de peso con los años. Tuvieron tres hijos. Carlos sufría de un extraño problema cardíaco, pero lo mantenía controlado con medicación y llevaba una vida normal.
Cuando llegó el COVID, sus ventas cayeron, pero eso fue apenas el inicio...
Él era extremadamente cuidadoso con el virus: usaba barbijo en su tienda y desinfectaba todo constantemente. Sin embargo, durante el pico de la pandemia, su esposa recibió una invitación para una reunión de su promoción del colegio. A pesar de sus advertencias, ella fue. Una semana después enfermó gravemente de COVID, y contagió a Carlos.
Él la pasó mucho peor. Debido a su condición cardíaca, fue internado en un hospital privado. La cuenta ascendió a unos 50 mil dólares, y además tenía una deuda previa de 10 mil. Amenazaron con sacarlo del hospital si no pagaban. Lograron el dinero a través de un préstamo... pero todo era en vano: Carlos ya había muerto.
Ahora su esposa es viuda, con un departamento, tiendas de ropa, y quién sabe cuánto dinero quedó en sus cuentas.
4.
Mi primo Nelson se casó con su primera y única novia tras ocho años de noviazgo. Actualmente trabaja en un país asiático como nómada digital y gana muy bien. Su esposa es vegana, maratonista y no quiere tener hijos. Él parece feliz con ella, aunque bebe cerveza a escondidas porque ella no lo aprueba. No tengo claro si él desea ser padre, pero ella ya tiene 30 años. Es profesora de yoga.
5.
Mi hermano empezó una relación con una chica de 20 años, él tenía 30. Ella fue muy insistente al principio. Comenzaron bien: salían a caminar, a comer, y él, que no bebe ni va a fiestas, estaba cómodo. Ella, en cambio, lo obligó a asistir a algunas reuniones familiares y fiestas formales.
Todo parecía ir bien, hasta que ella comenzó a contarle cosas muy personales: tenía diagnóstico psiquiátrico, había intentado suicidarse dos veces, era vegana, tenía problemas con su padre y, además, admitió que sentía un profundo odio por los hombres.
A pesar de todo, mi hermano continuó con la relación, probablemente porque estaba muy enamorado.
Tras dos meses, ella terminó con él sin previo aviso. Luego de insistencias, volvieron. Pero el trato cambió: ella lo menospreciaba, decía que quería salir a beber con sus amigas y que él fuera a recogerla, lo comparaba con otros hombres y se burlaba de su delgadez.
Tenía miles de seguidores en Instagram y TikTok, muchos le escribían también por WhatsApp.
Un día lo dejó plantado en una fiesta y él se molestó. Entonces ella le propuso "dejar de verse por un mes". Él respondió: “Eso es terminar”, a lo que ella dijo: “No estamos terminando”.
Al final, creo que mi hermano se salvó. Ella tenía un trastorno diagnosticado y un fuerte resentimiento hacia los hombres.
6.
Mi primo Pedro, médico, se casó con una mujer humilde pero bien conectada. Fue ella quien le consiguió trabajo en un hospital; eran felices y tuvieron un hijo al que llamaron Tomasito. Sin embargo, Pedro escondía un problema serio: era alcohólico, y nunca logró dejar la bebida.
Comenzó a ausentarse del trabajo durante días enteros, pero como ocupaba un cargo político, nadie se atrevía a decirle nada. Eventualmente, su esposa se hartó y se divorció.
Pedro, ya sin ataduras, se entregó aún más al alcohol, aunque dicen que intentaba dejarlo constantemente. Algunos aseguran que era un buen padre… pero la verdad, no lo sé.
Dos años después, embarazó a otra mujer, con quien terminó casándose. Ella era de mal carácter y, según muchos, no muy agraciada físicamente. Tuvieron un hijo, y parecía que esta vez todo saldría mejor. Pero no fue así.
La nueva esposa resultó ser un verdadero ogro: un día, le gritó tan fuerte a Tomasito —que estaba con su padre por una visita— que el niño quedó tartamudo desde ese día.
Las dos mujeres de Pedro no paraban de pelear entre ellas. La situación era un caos.
Tiempo después, Pedro estaba buscando un nuevo trabajo, pero necesitaba ciertos documentos. Una noche, a las dos de la mañana, salió en su auto —quién sabe a dónde iba exactamente—, visiblemente estresado.
Se estrelló contra un árbol y murió.
Supuestamente, estaba ebrio, aunque una prima muy cercana a él asegura que no lo estaba. Según ella, había discutido con su esposa porque le faltaba un documento clave para postularse al nuevo puesto.