Si se aprobara la pena de muerte, los chicos que salen a matar por diversión, cosa que se está popularizando, lo pensarían dos o más veces antes de salir a matar, y se evitarían infinidad de muertes de gente trabajadora, no habría que mantener gente inservible y peligrosa, habría más lugar en las cárceles para los delincuentes comunes recuperables y se daría satisfacción a quienes han sido víctimas.
Veo por TV asesinos que durante el juicio se burlan de los familiares de las víctimas, son condenados a pocos años y, cuando salen, vuelven a matar.
Cuando alguien mata, lo hace a sabiendas, merece morir tal como mató al prójimo, ni más, ni menos.
Soy creyente, y creo que Dios ordenó NO MATARÁS, y a quien viole esto, OJO POR OJO.