Una de las cosas que agradezco de haber accedido a FOROBETA es que me salí de la perniciosa Zona de Confort y hasta la sequía del escritor, entre otras cosas como usar generadores de títulos para hacerlos locamente virales (dizque, aún no me consta).
La persona que contrata mis servicios para sus web me ha solicitado ya varias veces reseñas en mis blogs. Cuando hago las de él, son entre 2.000 a 3.000 palabras por día (según solicitud), como trabajo en la mañana y por guardias, me impuse esos límites que le manifesté. Y así ha sido los estos 5 meses, todo bien.
Cuando me pide las reseñas, las hago casi que paralelas con lo de él. Y me dije, “¿no es mucha sinvergüenzura que los de él me tomo más tiempo y los míos en un rato salen?”. Y me respondí, previo conversar con amigos de ello:
“No, es que en tus blogs está tu estilo, normas, personalidad, fluidez, te riges por los cánones que le diste y haces fluir las palabras claves como quieres sin irrespetar al solicitante y mucho menos a tus lectores, son 14 años ya del primer blog, algo debe salirte como otra identidad”.
Prosigo: “en cambio, para el solicitante en sus web estás siguiendo sus normas, estilo y debes ofrecer otras cosas, desde la 5WH como hacer sentir al lector que es su material, no para Google; y ese deber aunque ya fluye más, es tan estricto como tú haces las cosas de común (dicen mis familiares)”.
Por eso es que cumplo rápido y a su vez, dosificado. Sí bien si me dedicara de exclusivo ganaría más, también requiero mi tiempo, amo mi trabajo en el sector salud (aunque ya casi que trabajo de gratis). Más que el necesario dinero, necesito el gusto de la expresión, tener propósito, tener libertad. Todo bien conjugado.
Y vean, sólo iba a escribir un párrafo y en unos minutos superé las 300 palabras. El valor de la libertad y el compromiso nunca van en paralelo, sino que entrelaza y cruzan.
Gracias por leerme y a sus órdenes siempre.
Y ustedes, ¿cuánto tardan para entregar un artículo solicitado?
r accedido a FOROBETA es que me salí de la perniciosa Zona de Confort y hasta la sequía del escritor, entre otras cosas como usar generadores de títulos para hacerlos locamente virales (dizque, aún no me consta).
La persona que contrata mis servicios para sus web me ha solicitado ya varias veces reseñas en mis blogs. Cuando hago las de él, son entre 2.000 a 3.000 palabras por día (según solicitud), como trabajo en la mañana y por guardias, me impuse esos límites que le manifesté. Y así ha sido los estos 5 meses, todo bien.
Cuando me pide las reseñas, las hago casi que paralelas con lo de él. Y me dije, “¿no es mucha sinvergüenzura que los de él me tomo más tiempo y los míos en un rato salen?”. Y me respondí, previo conversar con amigos de ello:
“No, es que en tus blogs está tu estilo, normas, personalidad, fluidez, te riges por los cánones que le diste y haces fluir las palabras claves como quieres sin irrespetar al solicitante y mucho menos a tus lectores, son 14 años ya del primer blog, algo debe salirte como otra identidad”.
Prosigo: “en cambio, para el solicitante en sus web estás siguiendo sus normas, estilo y debes ofrecer otras cosas, desde la 5WH como hacer sentir al lector que es su material, no para Google; y ese deber aunque ya fluye más, es tan estricto como tú haces las cosas de común (dicen mis familiares)”.
Por eso es que cumplo rápido y a su vez, dosificado. Sí bien si me dedicara de exclusivo ganaría más, también requiero mi tiempo, amo mi trabajo en el sector salud (aunque ya casi que trabajo de gratis). Más que el necesario dinero, necesito el gusto de la expresión, tener propósito, tener libertad. Todo bien conjugado.
Y vean, sólo iba a escribir un párrafo y en unos minutos superé las 300 palabras. El valor de la libertad y el compromiso nunca van en paralelo, sino que entrelaza y cruzan.
Gracias por leerme y a sus órdenes siempre.
Y ustedes, ¿cuánto tardan para entregar un artículo solicitado?