Bueno, no yo estaría tan seguro sobre la afirmación "no hay escapatoria". Además, hay quienes afirman que no estamos en el capitalismo, según ellos, hace tiempo el capitalismo habría dejado de existir.
Los argumentos de la afirmación anterior señalan que el capitalista asumía el riesgo de perder su dinero y bienes apostando a invertir en un negocio de explotación de seres humanos a diestra y siniestra, donde arriesgaba perderlo todo ante otros competidores también dedicados a la explotación del trabajo humano; pero el proceso de la explotación humana hoy no transcurre de manera capitalista sino mucho peor.
Quienes se dedican a la explotación del trabajo ajeno hoy no arriesgan nada, porque los Estados "nacionales" están subordinados a los "inversionistas" protegiéndolos de las pérdidas. Ya no se arruinan porque si pierden su dinero en cualquiera empresa de inversión de explotación global, el Estado supranacional no visible les garantiza que los Estados nacionales impotentes existentes les cancelarán todas sus pérdidas. Esto lo refleja hoy la política monetaria llamada "flexibilización cuantitativa", donde el Banco Central Europeo, la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central de Japón tienen años regalando dinero a los "bancos demasiado grandes para quebrar" los cuales son parte de un sistema financiero y comercial trasatlántico quebrado, manteniéndolos vivos a costa de los dineros públicos.
Lo anterior está a la vista de todos en los países Pigs de Europa, Latam, Asia y África. Esto significaría, según investigadores del mundo contemporáneo, el fracaso de todos los pronósticos sobre los análisis y proyecciones realizadas sobre los sistemas que sucederían al capitalismo.
Erraron, porque del fracaso del socialismo en todos sus intentos de reemplazar al capitalismo durante el siglo XX y lo que va del siglo XXI, habría dado paso a algo mucho peor que el capitalismo del siglo XVIII y XIX, un sistema de saqueo, explotación y expoliación global inmisericorde que no se detiene ante nada, avanzando con su definición real blindada y oculta por diversos eufemismos, entre ellos globalización, neoliberalismo, cambio de paradigma, economía emergente, desarrollo sustentable, economía verde, zonas especiales de desarrollo, etc., etc., todo esto encubierto a la vez por la máscara global que le proporcionan los "medios de comunicación" existentes, cuyo verdadero rol es servir como medios de alineación, desinformación y alienación.
Si a ello le anexamos la visión de Fabio Mini quien nos alerta sobre la guerra de bandas por el control del saqueo y la explotación global en pleno desarrollo, dentro de un contexto de guerra de sexta generación, donde la guerra no sería la continuación de la política sino la política misma, y la verdad tampoco sería la primera víctima de esa guerra de bandas porque la verdad ya no existiría, reemplazada por la desinformación masiva y permanente de la política del siglo XXI llevada de la mano por los medios corporativos globales, un escenario político que Julian Assange describe como la realidad global del presente en la entrevista que John Pilger le realiza para el documental La guerra que usted no ve.