Aunque como dijo Gabriel García Márquez "El deber revolucionario de un escritor es escribir bien", hay que tener sentido común y entender que el trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento.
¿Cómo puede estar contento tu escritor?
Lo único que tiene que hacer es poner un precio. ¿Cuánto vale una persona para usted? O mejor dicho, ¿Cuánto vale el trabajo de una persona para usted? (obviamente 1,80 por un artículo de 1000 palabras es algo ridículo). Recuerde que según Warren Buffett (quien en 2017 fue la tercera persona más rica del mundo), “El precio es lo que se paga. El valor es lo que se obtiene.” Así que no espere encontrar "barato" y "bueno" en la misma bolsa.
Usted dice que el precio no determina la calidad de un producto o servicio. Sin embargo, tengo una historia personal para usted.
Hace un año, fui con mi hermana a comprar zapatos, cada una solo teníamos 50 $ para ello. En una tienda vi un par que me encantó por 45 $, decidí comprarlos. Fuimos a otras tiendas, para encontrar unos del agrado de mi hermana. Nuestra sorpresa fue que encontramos un modelo demasiado parecido a los míos (de otra marca), en una oferta de 3 x 15 $. Ella enloqueció y los compró. Hoy en día, yo todavía conservo mis zapatos en el mejor estado, mi hermana en cambio, en un par de meses tuvo que comprar otros nuevos.
A mi parecer este post y algunos comentarios suyos, están llenos de prepotencia; pero no le juzgo, pues El afán de perfección hace a algunas personas totalmente insoportables (Antole France).
Tenga en cuenta, señor o señora (sea cual sea su género), que es absurdo afirmar que todos los redactores de este foro son "malos" cuando no ha probado los servicios de cada uno de ellos.
Por otro lado, a los malos redactores: No se dediquen a lo que no entienden. Escribir es un arte, pero solo luce bien cuando se dice mucho con pocas palabras. Un buen escritor no solo sabe elegir bien las palabras, sino que también sabe cómo acomodarlas. Escribir bien no es algo que el auténtico escritor se propone. Le es tan inevitable como su cara y su conducta (Juan Carlos Onetti)